¿Qué método de compostaje debe utilizarse para hacer un buen abono?

Un buen compost es aquel que promueve una buena actividad de microorganismos y bacterias. El método de compostaje ideal varía según la situación, pero siempre permite un suministro suficiente de agua y aire.
3 fases para un buen compostaje
Independientemente del método elegido, el compostaje tiene lugar en 3 fases.
La primera es la fase de descomposición. La materia orgánica se descompone rápidamente, al principio bajo la acción de los microorganismos mesófilos, ¡los que son activos en la degradación y que también se encuentran en nuestros intestinos!
En la segunda etapa intervienen los microorganismos termófilos, bacterias extremadamente resistentes, que actúan a altas temperaturas, en torno a los 60-70°C. En esta fase, el agua se evapora y el nitrógeno se mineraliza. La pila pierde masa.
La segunda fase es una fase intermedia. El material se enfría, su temperatura desciende por debajo de los 40°C. El nitrógeno se incorpora a moléculas complejas.
La tercera fase es la de maduración. La materia orgánica se transforma en humus estable por la acción de los hongos, que toman el relevo de las bacterias.
Compostaje en frío
Los métodos de compostaje en frío son los más clásicos. La temperatura sube de forma natural. Por lo tanto, el compostaje es bastante largo: se necesitan entre 6 y 12 meses para obtener humus.
Existen dos tipos principales de compostaje en frío: el compostaje en cubeta y el vermicompostaje.
Ya conoce el compostaje en el cubo: es el método tradicional utilizado por los jardineros. También se puede hacer a mayor escala en las casas, en grandes contenedores con una capacidad de 10 a 15 toneladas al año. En ambos casos, el resultado es un compost estable, de buena calidad, rico en humus y bastante húmedo... pero a menudo mal saneado, a menos que se remueva regularmente.
El vermicompostaje es una técnica basada en la cría de lombrices rojas que descomponen la materia orgánica. A escala individual, los vermicompostadores ocupan poco espacio y pueden colocarse fácilmente en una cocina o en un balcón. Menos conocidas, las instalaciones profesionales de vermicompostaje pueden procesar varias decenas de toneladas de biorresiduos al año.
También en este caso, el compost obtenido no está higienizado. Sobre todo, este método de compostaje es complejo de utilizar: es necesario mantener unas condiciones ideales para las lombrices y, en particular, ser muy selectivo con la composición de los biorresiduos que entran en el compost. Por otra parte, el humus obtenido es de muy buena calidad, especialmente fino y fácil de extender. Por ello, a escala profesional, el vermicompostaje se utiliza a menudo para la fase de maduración, tras una fase de descomposición en caliente.
Compostaje en caliente
El compostaje en caliente acelera considerablemente la fase de descomposición: sólo tarda de 2 a 3 semanas. ¿Cómo funciona? La temperatura del material se eleva rápidamente para atraer a las bacterias termófilas, que son las más rápidas en descomponerse.
El compostaje andino
Una mezcla de materias primas se coloca en pilas largas y estrechas llamadas andenes. Gracias a su tamaño, alcanzan rápidamente una temperatura elevada de entre 60 y 70°C.
Los montones se voltean regularmente para favorecer la oxigenación y la homogeneidad del compost. Otro método es la aireación pasiva. En este caso, se instalan tubos perforados en la hilera, abiertos en los extremos. El aire circula por las tuberías y la hilera gracias al efecto de corriente de aire creado por los gases calientes que se escapan. Incluso es posible utilizar un ventilador para controlar mejor el proceso y utilizar pilas más grandes.
La principal dificultad es que los requisitos de recaudación son elevados y constantes. Además, los olores son a veces difíciles de controlar. Por lo tanto, es mejor reservarlo para las explotaciones ganaderas industriales que producen purines y para las plantas de tratamiento de aguas residuales.
Compostaje en cajas
En este caso, el material está confinado en un contenedor o edificio cerrado. Existen varios métodos diferentes, todos los cuales tienen en común el control de la aireación y la agitación regular del material.
La técnica más exitosa es el lecho agitado. La materia orgánica se extiende en largos pasillos, llamados lechos. Un raíl guía una máquina que avanza, gira el abono y lo vuelve a colocar detrás. Algunas máquinas también tienen cintas transportadoras que mueven el compost automáticamente.
El compost resultante es de buena calidad y está bien homogeneizado. Sin embargo, los costes de inversión son elevados y los malos olores no se eliminan por completo.
Compostaje electromecánico
El material se almacena en un tanque en el que se agita regularmente con palas. El depósito está aislado para mantener la temperatura. Los flujos de aire se controlan para garantizar que el compost respire correctamente.
La mezcla electromecánica es una solución extremadamente fiable:
- Permite una buena oxigenación y, por tanto, optimiza el trabajo de los microorganismos
- Garantiza un compostaje muy rápido: la fase de descomposición dura sólo 2 semanas
- Garantiza una excelente homogeneidad del compost
- Cumple los requisitos de higiene
- Permite gestionar fácilmente el problema de los olores.
El compostador electromecánico puede procesar todo tipo de biorresiduos, en volúmenes pequeños o grandes: ¡hasta 1000 toneladas al año! Sobre todo, lo trata in situ. No es necesario recoger los biorresiduos en camiones y llevarlos, como ocurre a veces, a varios cientos de kilómetros del lugar de emisión inicial.
El compostador Démeterra de UpCycle es inteligente: pesa los residuos, garantiza la trazabilidad de los materiales, controla la temperatura, etc. Varios programas gestionados in situ o a distancia responden a diferentes situaciones: vacaciones, picos de actividad, residuos sensibles, etc.
Esta máquina combina así las ventajas del compostaje local y del compostaje industrial, que es rápido y seguro.